viernes, 9 de enero de 2009

Sobran lobos en Ibias y en el Entorno de Muniellos...

La Consejería de Medio Ambiente cede ante las presiones de algunos vecinos.

Será la primera vez que se maten lobos por parte de los guardas; que se emprendan batidas para acallar algunas voces, en una zona donde el índice de daños al ganado es muy bajo.


Vecinos de Ibias denuncian los repetidos ataques de los lobos cerca de los pueblos
Los animales frecuentan los alrededores de Villardecendias y Villarmeirín, donde en los últimos meses han matado ovejas, cabras, perros y una burra

Los lugareños piden medidas urgentes para preservar su forma de vida.
Occidente
Villardecendias (Ibias), Pepe RODRÍGUEZ Los lobos han matado numerosas cabezas de ganado en los últimos meses en los montes de Villardecendias y Villarmeirín, en Ibias, junto a la reserva natural integral de Muniellos. Una manada de estos cánidos se ha acercado a apenas 200 metros de los pueblos de la zona y ha acabado con la vida de, al menos, una docena de ovejas en una sola noche, así como varias cabras, perros e, incluso, una burra. El grupo está compuesto por unos siete ejemplares, según estimaciones de los vecinos, quienes temen que con la llegada de la nieve los ataques aumenten y los daños al ganado se generalicen. José Antonio Fernández, vecino de Villardecendias, afirma que los lobos están acabando con todo y, a título de ejemplo, señala que «en este monte teníamos controlados a nueve jabalíes y ahora sólo quedan tres». Con respecto a los lobos, comenta que «crían en las rocas de la parte alta y, como nadie los controla, crecen sin problemas. Hay que tener en cuenta que cada loba puede tener dos o tres lobeznos, y al año de edad ya son capaces de matar. Si alguna cría sale hembra, el ciclo sigue avanzando», añade. Fernández asegura que «hacía mucho tiempo que no había tantos lobos por aquí. Antes podían matarte a algún animal en la braña, pero lo dabas por algo normal porque ahí arriba es lógico que los animales salvajes ataquen. Pero que se atrevan a venir al lado del pueblo es increíble, y pasan cosas como que te lleven una docena de animales de una sentada y te quedes con cara de tonto». Los ataques se han producido todo el año, pero aumentan en invierno: «Las alturas están muy nevadas y eso les obliga a bajar», concluye.